Mientras algunos están disfrutando de sus vacaciones, otros las están esperando ansiosamente y otros tantos se regocijan con los recuerdos de las que acaban de vivir, pero algo que no cambia, ni siquiera en la época estival, es oír a las personas diciendo: "Si tuviera más dinero, haría tal cosa, no tendría tantos problemas, me iría a tal sitio..."
Imagínate que te tocan millones por herencia o por la lotería, ¿en qué cambiaría tú vida?, ¿cómo sería de diferente tú forma de ver la vida si de la noche a la mañana te lloviesen millones de euros?
Y ahora, piénsalo de verdad, ¿tendrías más amigos?, ¿tú pareja te amaría más?, ¿tendrías más vida social?, ¿o quizás serías más divertido?... en definitiva, ¿serías más feliz?. Posiblemente contestases que sí porque no tendrías problemas para pagar las facturas o podrías hacer más cosas y quizás pienses que vivirías con menos problemas en general. Pero puedo afirmar con mucha certeza que el problema no está en la cantidad de dinero que tienes en el banco (o en la cantidad que le debas al susodicho), si no en la cantidad de amor que tienes dentro de ti. Y no me refiero al amor romántico hacia otras personas, sino del amor romántico hacia ti mismo. Podrías estar nadando en una piscina de oro con billetes en lugar de agua y te sentirías igual que te sientes ahora, ni más ni menos, ni mejor ni peor, porque la clave está en ti, en todo el potencial que hay en tu interior, que la mayoría de las veces está deseando ser encontrado pero que por un motivo u otro ocultamos en lo más profundo de nuestro ser. Y si podemos, incluso lo cerramos con llave y nos deshacemos de ella. Nuestro poder es ilimitado, pero nosotros nos ponemos esos límites y nos ponemos los condicionantes y los "peros".
En nuestra relación con nosotros mismos es fundamental conocernos, y aunque parezca mentira, esta parte es muy complicada, porque nos ponemos las barreras más altas y más gruesas para no ver aquello que no nos gusta o que nos resulta desagradable. Y nos resulta tremendamente difícil derrumbarlos precisamente por lo que hay detrás de ellos. Pero una vez que te conoces y que te reconoces, serás imparable en tús logros. Está en tú mano ser y tener todo lo que deseas!.
Un abrazo y feliz semana!
Alicia